La Plaza y la sala de Exposiciones Conde de Rodezno debe cambiar de nombre
La Alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, por intereses políticos particulares, se niega a cumplir la Ley Foral de Símbolos, que ellos mismos aprobaron en el Parlamento de Navarra, y ahora la interpreta a su antojo.
Estos intereses políticos de Barcina le han llevado a burlarse de la mayoría Municipal y alinearse, una vez más, con el mensaje del PP y de la derecha más rancia.
El Grupo Municipal Socialista pedimos que no firme la resolución, que consensue el nombre de la plaza, hasta ahora denominada Conde de Rodezno, y en caso contrario, presentaremos un recurso al TAN.
En el pleno del pasado jueves 5 de marzo, una vez más pudimos comprobar la falta de cintura política de la Alcaldesa, Yolanda Barcina, así como la prepotencia, y el modo como pretende burlar las leyes.
Nos referimos a la moción presentada y aprobada, sobre el cambio de nombre de la plaza de conde de Rodezno, y de la sala de exposiciones de la misma denominación.
Como recordarán ya en el pleno hicimos una defensa de cuales eran las razones por las que consideramos necesario el cambio de nombre.
Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, hizo motivos más que suficientes para que en la actualidad decidamos que no es merecedor de tener una plaza, ni una sala que lleve su nombre, pondremos algunos ejemplos:
Fué un enemigo declarado de la República, que recuerdo era el gobierno legalmente constituido, estuvo implicado en la intento de golpe de estado de José Sanjurjo en 1932.
Abandonó la comisión de Reforma Agraria y fundó la Asociación de Terratenientes de Navarra, con la intención de anular las reclamaciones de los jornaleros.
Posteriormente negoció con el general Emilio Mola la participación del tradicionalismo carlista en la sublevación militar de julio de 1936. Estuvo presente en las negociaciones para la unificación de Falange y el Carlismo.
En 1938, en plena Guerra Civil fue nombrado ministro de Justicia, derogando la legislación de la II República, para poner las bases de la dictadura.
Fue responsable de la firma de alrededor de 50.000 penas de muerte, muchas eran personas socialistas y de la UGT.
Modificó el Código Penal, reintegró en sus puestos a los antiguos jueces, se reconstruyeron los Registros de Propiedad, derogó las disposiciones relativas al matrimonio civil y condición de la mujer casada.
En 1940 fue designado diputado foral por la merindad de Tudela, correspondiéndole por mayoría de edad la vicepresidencia de la Diputación, cargo que desempeñó hasta 1948. Le nombraron Hijo Predilecto de Navarra y tras su muerte el general Franco le nombró Grande de España (1 de octubre de 1952).
En 1952 se puso su nombre a la plaza, disponemos copias del acta del pleno celebrado, donde se tomó el acuerdo, glosando sus virtudes, algunas de las cuales dicen “hicieron posible el magnífico resurgir el pueblo español”, además de recoger afirmaciones como que “fue uno de los puntales más señalados para el Movimiento Nacional salvador de España”
En cualquier caso, está demostrado que si esta plaza lleva el nombre del Conde de Rodezno, no es por ningún titulo nobiliario, como pretende hacernos creer la Alcaldesa, sino pretendiendo dar honor a Tomás Dominguez Arévalo, Conde de Rodezno.
¿Y qué ha hecho el título nobiliario por Pamplona, para ahora ponerle esta plaza? Abosolutamente nada.
Es una actitud tan falsa e hipócrita, como que en lugar de retirar el nombre de la Avda Franco, cuando se puso Baja Navarra...nos hubieran dicho, no la dejamos como Franco, porque se refiere al apellido genérico y no a Francisco Franco Bahamonde...ridículo.
Si no viéramos detrás el estilo de la Alcaldesa, pretendiendo así burlar las leyes...
Porque, efectivamente, de eso se trata, de dar cumplimiento a la Ley de la Memoria Histórica, que insta a la retirada de símbolos franquistas de los espacios públicos.
Esta Ley fue aprobada por el congreso en el 2007, como Uds. saben con el gobierno de José Luís Rodriguez Zapatero. (contó con el apoyo de todos los grupos excepto el PP y Esquerra Republicana)
La ley establece que los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos.
También, con el cambio de nombre que pretendemos, damos cumplimiento a la Ley Foral de Símbolos, aprobada en 2003, y que dictaba un plazo de un año desde la publicación de la ley para que las autoridades procedieran a la retirada y sustitución de la simbología propia del régimen franquista en la Comunidad Foral.
Por tanto, lo que hoy denunciamos una vez más, es que se retire el nombre de este golpista de una plaza tan relevante de Pamplona, así como de la sala de exposiciones que lleva su nombre.
Fue bochornosa la actitud de UPN el jueves pasado en el pleno, defendiendo lo indefendible, justificando lo injustificable, y lo que es más grave...haciendo burla a la ciudadanía e incumpliendo las leyes.
El Grupo Municipal Socialista hicimos un ofrecimiento de consenso a todos los grupos, y en ello estamos, y seguimos haciéndolo, no queremos cerrar un nombre hasta no llegar a un acuerdo.
La Alcaldesa avanzó que firmaría una resolución cambiando la denominación de la plaza por “Conde de Rodezno”, título nobiliario. Aquí vemos el estilo de la más rancia Derecha de Yolanda Barcina.
A día de hoy, desconocemos con exactitud si ha firmado la resolución. Puesto que de ser así, no la ha hecho pública...por tanto no estamos seguros de ello, y le pedimos que reflexione y cambie el nombre de verdad, pero consensuándolo.
De lo contrario, si sigue adelante en su obstinación de cambiar algo, para que nada cambie, el Grupo Municipal presentará un recurso al Tribunal Administrativo de Navarra, buscando amparo e impidiendo este atropeyo a las leyes y a la ciudadanía en general.
Lamentamos las molestias que puedan sufrir algunos vecinos producidas por el cambio de nombre de la plaza, pero es cuestión, por una parte de cumplimiento de las Leyes y, por otra, de higiene democrática y un signo de respeto a quienes perdieron no sólo la guerra, sino también la vida.
La Alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, por intereses políticos particulares, se niega a cumplir la Ley Foral de Símbolos, que ellos mismos aprobaron en el Parlamento de Navarra, y ahora la interpreta a su antojo.
Estos intereses políticos de Barcina le han llevado a burlarse de la mayoría Municipal y alinearse, una vez más, con el mensaje del PP y de la derecha más rancia.
El Grupo Municipal Socialista pedimos que no firme la resolución, que consensue el nombre de la plaza, hasta ahora denominada Conde de Rodezno, y en caso contrario, presentaremos un recurso al TAN.
En el pleno del pasado jueves 5 de marzo, una vez más pudimos comprobar la falta de cintura política de la Alcaldesa, Yolanda Barcina, así como la prepotencia, y el modo como pretende burlar las leyes.
Nos referimos a la moción presentada y aprobada, sobre el cambio de nombre de la plaza de conde de Rodezno, y de la sala de exposiciones de la misma denominación.
Como recordarán ya en el pleno hicimos una defensa de cuales eran las razones por las que consideramos necesario el cambio de nombre.
Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, hizo motivos más que suficientes para que en la actualidad decidamos que no es merecedor de tener una plaza, ni una sala que lleve su nombre, pondremos algunos ejemplos:
Fué un enemigo declarado de la República, que recuerdo era el gobierno legalmente constituido, estuvo implicado en la intento de golpe de estado de José Sanjurjo en 1932.
Abandonó la comisión de Reforma Agraria y fundó la Asociación de Terratenientes de Navarra, con la intención de anular las reclamaciones de los jornaleros.
Posteriormente negoció con el general Emilio Mola la participación del tradicionalismo carlista en la sublevación militar de julio de 1936. Estuvo presente en las negociaciones para la unificación de Falange y el Carlismo.
En 1938, en plena Guerra Civil fue nombrado ministro de Justicia, derogando la legislación de la II República, para poner las bases de la dictadura.
Fue responsable de la firma de alrededor de 50.000 penas de muerte, muchas eran personas socialistas y de la UGT.
Modificó el Código Penal, reintegró en sus puestos a los antiguos jueces, se reconstruyeron los Registros de Propiedad, derogó las disposiciones relativas al matrimonio civil y condición de la mujer casada.
En 1940 fue designado diputado foral por la merindad de Tudela, correspondiéndole por mayoría de edad la vicepresidencia de la Diputación, cargo que desempeñó hasta 1948. Le nombraron Hijo Predilecto de Navarra y tras su muerte el general Franco le nombró Grande de España (1 de octubre de 1952).
En 1952 se puso su nombre a la plaza, disponemos copias del acta del pleno celebrado, donde se tomó el acuerdo, glosando sus virtudes, algunas de las cuales dicen “hicieron posible el magnífico resurgir el pueblo español”, además de recoger afirmaciones como que “fue uno de los puntales más señalados para el Movimiento Nacional salvador de España”
En cualquier caso, está demostrado que si esta plaza lleva el nombre del Conde de Rodezno, no es por ningún titulo nobiliario, como pretende hacernos creer la Alcaldesa, sino pretendiendo dar honor a Tomás Dominguez Arévalo, Conde de Rodezno.
¿Y qué ha hecho el título nobiliario por Pamplona, para ahora ponerle esta plaza? Abosolutamente nada.
Es una actitud tan falsa e hipócrita, como que en lugar de retirar el nombre de la Avda Franco, cuando se puso Baja Navarra...nos hubieran dicho, no la dejamos como Franco, porque se refiere al apellido genérico y no a Francisco Franco Bahamonde...ridículo.
Si no viéramos detrás el estilo de la Alcaldesa, pretendiendo así burlar las leyes...
Porque, efectivamente, de eso se trata, de dar cumplimiento a la Ley de la Memoria Histórica, que insta a la retirada de símbolos franquistas de los espacios públicos.
Esta Ley fue aprobada por el congreso en el 2007, como Uds. saben con el gobierno de José Luís Rodriguez Zapatero. (contó con el apoyo de todos los grupos excepto el PP y Esquerra Republicana)
La ley establece que los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos.
También, con el cambio de nombre que pretendemos, damos cumplimiento a la Ley Foral de Símbolos, aprobada en 2003, y que dictaba un plazo de un año desde la publicación de la ley para que las autoridades procedieran a la retirada y sustitución de la simbología propia del régimen franquista en la Comunidad Foral.
Por tanto, lo que hoy denunciamos una vez más, es que se retire el nombre de este golpista de una plaza tan relevante de Pamplona, así como de la sala de exposiciones que lleva su nombre.
Fue bochornosa la actitud de UPN el jueves pasado en el pleno, defendiendo lo indefendible, justificando lo injustificable, y lo que es más grave...haciendo burla a la ciudadanía e incumpliendo las leyes.
El Grupo Municipal Socialista hicimos un ofrecimiento de consenso a todos los grupos, y en ello estamos, y seguimos haciéndolo, no queremos cerrar un nombre hasta no llegar a un acuerdo.
La Alcaldesa avanzó que firmaría una resolución cambiando la denominación de la plaza por “Conde de Rodezno”, título nobiliario. Aquí vemos el estilo de la más rancia Derecha de Yolanda Barcina.
A día de hoy, desconocemos con exactitud si ha firmado la resolución. Puesto que de ser así, no la ha hecho pública...por tanto no estamos seguros de ello, y le pedimos que reflexione y cambie el nombre de verdad, pero consensuándolo.
De lo contrario, si sigue adelante en su obstinación de cambiar algo, para que nada cambie, el Grupo Municipal presentará un recurso al Tribunal Administrativo de Navarra, buscando amparo e impidiendo este atropeyo a las leyes y a la ciudadanía en general.
Lamentamos las molestias que puedan sufrir algunos vecinos producidas por el cambio de nombre de la plaza, pero es cuestión, por una parte de cumplimiento de las Leyes y, por otra, de higiene democrática y un signo de respeto a quienes perdieron no sólo la guerra, sino también la vida.
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