Intervención de Eduardo Vall en el Pleno del 6 de febrero de 2014
Nos encontramos ante una moción que se
inscribe dentro de la estrategia electoral de UPN de aprovechar cualquier
excusa para practicar el único discurso que domina a la perfección, en el que
tan cómoda se siente y que, además le sirve para tapar el enorme descosido que
está propinando a la sociedad navarra: ¡Que vienen los vascos!. Así, aprovechan
la torpeza cometida por Bildu en un correo interno, en el que tampoco se nos
descubre nada del otro mundo sobre las aspiraciones que las fuerzas políticas
tienen a que personas próximas a su ideología ocupen cargos relevantes de la
Administración lo cual, por cierto, es plenamente competible con la
profesionalidad y el buen hacer de la labor de esas personas, para hacerse eco
de esa campaña turístico-mediática a que tan acostumbrados nos tiene Yolanda
Barcina en sus viajes por todo lo largo y ancho de este mundo -que de nos decía
el capitan Tan en nuestra infancia- para lanzar sus soflamas electoralistas y
ocultar de este modo su lamentable gestión al frente del gobierno foral.
Nos imaginamos que a partir de ahora, y
contraviniendo otra falsedad que tanto gusta argumentar UPN en el sentido de
que en este salón de plenos únicamente deben tratarse temas municipales, van a
ser una vez sí y otra también, continuas las propuestas regionalistas de corte
electoral ajenas al interés municipal. Nuestro Grupo, pese a quien le pese, ni
ha rehuído ni va a rehuir tema alguno que cualquier Grupo tenga a bien
plantear. Nos guste más o nos guste menos. Y de igual forma que, a modo de
ejemplo, cuando se trata sobre una violencia concreta no argumentamos haciendo
mención a otra, tradicional ardid de quien algo tiene que ocultar, tampoco lo
haremos con esta ni con otras propuestas. Allá cada uno con lo que propone.
Pero, lógicamente, haremos lo que estimemos más oportuno.
Y esta moción, no se sostiene ni en su
razonamiento ni en su enunciado. Empezando por este último, al final el
sustancial pues es lo que el Pleno aprueba o no, estamos en contra del uso
despectivo que en el acuerdo propuesto por UPN se hace de la política. Pues no
solamente es legítimo que las distintas opciones políticas aspiren a mandar al
frente de la administración, como se supone que hace la Sra. Elizalde, a modo
de ejemplo, en este Ayuntamiento. Y eso es justo y democrático. Cosa distinta,
que no refleja la moción y sí la enmienda de sustitución presentada, es que,
aunque todos sabemos que ocurre, esté mal que se pretenda influir con
estrategias partidistas en la labor diario de quienes trabajan en la función pública.
Pero claro, a UPN cabría aplicarle el conocido refrán: “Consejos vendo y para
mi no tengo”.
Y en cuanto al razonamiento, sabe UPN
que siempre estamos y estaremos en hacer cumplir la ley vigente (que es clara y
garantista al respecto) en lo que hace a la observancia de nuestro estado de
derecho. Pero pocas veces hemos visto un razonamiento intelectual y político
más endeble que el que UPN nos ha presentado en esta moción. Si hay algo
ilegal, vayan al juzgado. Y si no, vayan a Intereconomía y a 13TV a que les
rían las gracias. Pero aquí un poquito más de seriedad. Y como quiera que es
nuestro deber como Institución preservar los derechos, la labor y el buen
nombre de lo que siempre he señalado que es lo mejor que tiene este
Ayuntamiento, que son sus trabajadores, está clara igualmente la oportunidad de
la parte primera de la enmienda presentada.
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