La confirmación por parte de UPN de su intención de colocar lonas en la Plaza de Toros, para ocupar los tendidos vacíos de las Peñas en la corrida del 11 de julio pasado, viene a ratificar la gravedad de unos hechos que constituyen por sí mismos un verdadero escándalo político, además de un despilfarro económico injustificado cercano a los dos millones de las antiguas pesetas, y cuya responsabilidad tiene sólo un nombre: Yolanda Barcina.
El Grupo Municipal Socialista considera que esta actuación del equipo de Barcina es un claro ejemplo de trapacería política y de falta de respeto, en primer lugar con la Casa de Misericordia, a la que UPN ni siquiera consultó la colocación antes de contratar las lonas, y en segundo término con el sentido común de los ciudadanos y ciudadanas, a los que UPN se empeña en seguir escondiendo los hechos con medias verdades y mentiras a secas.
Detrás de estas lonas se esconden las propias vergüenzas de Barcina, así como su obsesión por hacer de la notoriedad pública y del excesivo protagonismo las señas de identidad de una gestión pública censurable.
El escándalo de las lonas constituye para el PSN-PSOE el máximo exponente de la estrategia de Barcina basada en crispar y en dividir a la ciudadanía con la única pretensión de obtener un beneficio político y personal.
A estas alturas es insultante que Barcina no reconozca lo que es ya evidente: que las lonas se hicieron con un único objetivo, como era ocupar los tendidos vacíos de las peñas en la corrida del día 11; que ni siquiera se consultó previamente esta intención a la Casa de Misericordia; que una vez rechazado el permiso de la Meca, las pancartas estuvieron durante varios días en la Plaza de Toros, como así le consta al PSN-PSOE; y que finalmente, para ocultar las verdaderas intenciones y justificar un importante gasto económico, Barcina optó por colocar las lonas en un viejo edificio de Pamplona cuyo derribo está próximo.
UPN atenta contra el sentido común cuando insiste en que las lonas se hicieron para ser colocadas en el viejo edificio de Cordovilla. De lo contrario, que Barcina explique a todos los pamploneses y pamplonesas por qué las dimensiones de las lonas coinciden exactamente con las de los tendidos de la Plaza de Toros, y no así con las fachadas del viejo edificio de Cordovilla, donde se encuentra ahora; o por qué unas pancartas destinadas, como dice UPN a la promoción cultural de Pamplona tienen motivos únicamente taurinos. De ser cierta la versión de UPN, ¿no hubiera sido más lógico colocar las lonas a la entrada de la Ciudad días antes del inicio de los Sanfermines, y no así cuando éstos ya habían concluido?
Al gastarse en estas circunstancias más de 11.000 euros, casi dos millones de las antiguas pesetas, Barcina no se convierte precisamente en un ejemplo de gestión eficaz y responsable, más bien al contrario. Por ello, preguntamos a la Alcaldesa si está dispuesta a pagar de su propio dinero estos dos millones de las antiguas pesetas que han salido de las arcas municipales, es decir, del bolsillo de todos los pamploneses y pamplonesas.
Una última reflexión: Si el criterio generalmente aceptado es evitar la colocación de pancartas en la Plaza de Toros, ¿por qué se permitió este año la exhibición de alguna pancarta en la que se hacía referencia laudatoria a Barcina?
Este es un ejemplo más del doble rasero con el que UPN mide las cosas, según le interese o no, y del sectarismo político que suele envolver su gestión pública en el Ayuntamiento de Pamplona.
El Grupo Municipal Socialista considera que esta actuación del equipo de Barcina es un claro ejemplo de trapacería política y de falta de respeto, en primer lugar con la Casa de Misericordia, a la que UPN ni siquiera consultó la colocación antes de contratar las lonas, y en segundo término con el sentido común de los ciudadanos y ciudadanas, a los que UPN se empeña en seguir escondiendo los hechos con medias verdades y mentiras a secas.
Detrás de estas lonas se esconden las propias vergüenzas de Barcina, así como su obsesión por hacer de la notoriedad pública y del excesivo protagonismo las señas de identidad de una gestión pública censurable.
El escándalo de las lonas constituye para el PSN-PSOE el máximo exponente de la estrategia de Barcina basada en crispar y en dividir a la ciudadanía con la única pretensión de obtener un beneficio político y personal.
A estas alturas es insultante que Barcina no reconozca lo que es ya evidente: que las lonas se hicieron con un único objetivo, como era ocupar los tendidos vacíos de las peñas en la corrida del día 11; que ni siquiera se consultó previamente esta intención a la Casa de Misericordia; que una vez rechazado el permiso de la Meca, las pancartas estuvieron durante varios días en la Plaza de Toros, como así le consta al PSN-PSOE; y que finalmente, para ocultar las verdaderas intenciones y justificar un importante gasto económico, Barcina optó por colocar las lonas en un viejo edificio de Pamplona cuyo derribo está próximo.
UPN atenta contra el sentido común cuando insiste en que las lonas se hicieron para ser colocadas en el viejo edificio de Cordovilla. De lo contrario, que Barcina explique a todos los pamploneses y pamplonesas por qué las dimensiones de las lonas coinciden exactamente con las de los tendidos de la Plaza de Toros, y no así con las fachadas del viejo edificio de Cordovilla, donde se encuentra ahora; o por qué unas pancartas destinadas, como dice UPN a la promoción cultural de Pamplona tienen motivos únicamente taurinos. De ser cierta la versión de UPN, ¿no hubiera sido más lógico colocar las lonas a la entrada de la Ciudad días antes del inicio de los Sanfermines, y no así cuando éstos ya habían concluido?
Al gastarse en estas circunstancias más de 11.000 euros, casi dos millones de las antiguas pesetas, Barcina no se convierte precisamente en un ejemplo de gestión eficaz y responsable, más bien al contrario. Por ello, preguntamos a la Alcaldesa si está dispuesta a pagar de su propio dinero estos dos millones de las antiguas pesetas que han salido de las arcas municipales, es decir, del bolsillo de todos los pamploneses y pamplonesas.
Una última reflexión: Si el criterio generalmente aceptado es evitar la colocación de pancartas en la Plaza de Toros, ¿por qué se permitió este año la exhibición de alguna pancarta en la que se hacía referencia laudatoria a Barcina?
Este es un ejemplo más del doble rasero con el que UPN mide las cosas, según le interese o no, y del sectarismo político que suele envolver su gestión pública en el Ayuntamiento de Pamplona.
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