lunes, 10 de marzo de 2014

8 DE MARZO, DIA DE LA MUJER TRABAJADORA









El próximo 8 de marzo se conmemora el día de la mujer trabajadora. Los distintos grupos municipales, llegado este día acordamos una Declaración Institucional recordando el camino recorrido e incitando a seguir con los mejoras. El empeoramiento de la situación de la mujer, nos imposibilita hoy a llegar a un acuerdo.

Este año desgraciadamente no solo las mejoras se han estancado, sino que asistimos a una regresión reaccionaria fomentada por los sectores ultraderechistas y la cúpula clerical.

Nuestro partido se ha distinguido por estar continuamente al lado de las mujeres, proponiendo leyes y medidas en pro de la igualdad, libertad y derechos de las mujeres.

Este año asistimos a un asalto generalizado contra esos derechos y libertades.

Desgraciadamente estos recortes a la libertad reciben en Navarra un eco favorable. Los sectores derechistas que gobiernan en nuestra comunidad ven con buen ojo los escraches organizados con el Arzobispo en cabeza, acosando a mujeres en su derecho de elección.

Si recientemente este Ayuntamiento ha reaccionado contra personas que ejercían su derecho de libertad y reunión, que nuestro grupo ha apoyado, nos cuesta entender el mutismo del grupo de gobierno ante estas manifestaciones atentatorias a los derechos humanos.

Reiteramos nuestra firme oposición a la Ley Gallardón que pretende retroceder el estatus social de las mujeres a épocas franquistas, que ha merecido la desaprobación de todos los países de nuestro entorno, exceptuando al ultraderechista Le Pen, ¡vaya compañía!

Queremos denunciar que con este proyecto de ley no solo aumentará el número de abortos sino que aumentará la mortalidad y la pérdida de salud de las mujeres en nuestro país. 

Un proyecto que incrementará la desigualdad y que volverá a dividir a las mujeres españolas entre quienes se pueden permitir viajar a un país vecino, y acceder a un aborto seguro y las que no puedan y se vean obligadas a interrumpir su embarazo en condiciones ilegales y clandestinas en nuestro país.

En un día como el de hoy, no queremos olvidar la grave situación que atraviesa la lucha contra la violencia de género. El Gobierno ha reducido los presupuestos para combatirla y sigue dejando fuera de sus prioridades un problema que atañe a tantas mujeres. 

La reducción del presupuesto ya supera el 28 por ciento, y las reformas legislativas como la del Código Penal o la Reforma Local vaciarán de contenido la ley integral, dejando desprotegidas a las víctimas. Es el momento de retomar un pacto nacional entorno a esta lacra social.

Me gustaría recordar a las cientos de mujeres de nuestra Comunidad que por la falta de recursos económicos, y la escasez de apoyos gubernamentales se ven abocadas a convivir con su agresor.

La reforma laboral, la crisis y las políticas del PP están incrementando el paro entre las mujeres, la cifra en España es de 2,8 millones de paradas. 

Desde hace más de treinta años la tasa de actividad de la mujer ha ido creciendo paulatinamente, menos en la actualidad que está descendiendo. 

Esto no es una casualidad, la derecha española quiere mandar a las mujeres a casa. Quiere que volvamos a casa para cuidar de los niños, de las personas mayores y de las personas dependientes.

Si el gobierno quiere mejorar la natalidad y la economía, lo que debe hacer es garantizar el empleo para las mujeres, hacer políticas de protección a la maternidad y a la paternidad y, por supuesto, garantizar servicios públicos adecuados para la atención de niños, personas mayores y personas en situación de dependencia.

En el ámbito laboral estamos peor que hace un año. Las mujeres españolas deben trabajar 82 días más que un hombre para cobrar la misma retribución anual; dos días más que el pasado año cuando se registró una brecha salarial del 22 por ciento, mientras que en el último periodo contabilizado se ha elevado al 22,55 por ciento.

Constatamos con amargura que nuestra comunidad, es puntera en la desigualdad salarial en todo el Estado, la brecha salarial entre hombres y mujeres asciende en unos 28, 22 por ciento, según los últimos datos de la Encuesta anual de Estructura Salarial que publica el Instituto Nacional de Estadística.

¡Basta ya que el trabajo de las mujeres se perciba como algo secundario y complementario a los ingresos familiares!

En estos momentos de crisis, crecen el número de hogares sustentados sólo por salarios de mujeres, con hijos menores a su cargo, y el 40 por ciento de éstos están en alerta por el elevado riesgo de exclusión.

Mujeres que están soportando un sobreesfuerzo en sus hogares por los recortes sociales y por sus salarios precarios. 

En Navarra, las mujeres siguen siendo mayoritariamente las perceptoras de la pensión de viudedad, en un 93,5 por ciento, y las que acceden por derecho propio son muy inferiores a la de los hombres.

La prestación está condicionada por el acceso a reducciones de jornada, permisos y excedencia para el cuidado de los hijos y otros familiares. Las mujeres eximen a las Instituciones Públicas de obligaciones, como el de los cuidados, y éstas en lugar de apoyarlas las penaliza.

Para finalizar me gustaría recordar que hay que seguir trabajando en la consolidación de programas, actuaciones para la mejora de las políticas públicas de igualdad, tanto a nivel del Estado como en nuestra Comunidad.

En la actualidad, las mujeres constituimos un sector cada vez más preparado y competitivo, y a pesar de eso, muchas se encuentran en situación de desprotección. ¡Más de uno se tendría que sonrojar!


Intervención de Pilar Ferrero en el Pleno del 6 de marzo de 2014


La Moción aprobada por PSN-PSOE, Nabai, Bildu, Aralar e IE


Nos encontramos ante uno de los mayores ataques a los derechos de las mujeres. Las políticas de derechas están agrediendo uno de los pilares básicos de la democracia, como es el derecho de las personas a ser tratadas en condiciones de igualdad, a disfrutar de su libertad y a poder desarrollar su autonomía personal en plenitud. 

Esta pérdida paulatina de derechos agravada en los últimos años, se manifiesta de forma más contundente respecto a los derechos de las mujeres, como consecuencia de las posiciones más retrógradas del sistema patriarcal, que, con la excusa de la crisis económica, han visto las posibilidades abiertas para destruir todo lo peleado y conseguido hasta este momento. 

En el ámbito de los derechos y libertades de las mujeres, nos amenaza uno de los retrocesos más graves, como es el anteproyecto de contrarreforma de la ley del aborto, que atenta contra la autonomía y la libertad de las mujeres para decidir sobre su propia maternidad y contra el derecho a tener información y educación sexual como forma de prevenir los embarazos no deseados. 

En el ámbito laboral, las dos reformas aprobadas por el anterior y actual Gobierno del Estado español agravan las condiciones de un mercado de trabajo precarizado y con un alto nivel de desempleo en el que las mujeres se llevan la peor parte, ya sea en la tasa de paro, en la de temporalidad o en los salarios que, recordemos, no alcanzan el 80% del de los hombres, en iguales condiciones. Asimismo, debemos recordar que para la equiparación salarial, las mujeres tendrían que trabajar al menos 62 días al año más, para alcanzar igual salario. Si a esto le unimos que las mujeres ocupan la mayoría de trabajos menos cualificados, nos enfrentamos con la posibilidad de que esa diferencia se agrave y cronifique. 

En el ámbito familiar, son las mujeres, fundamentalmente, quienes cuidan de las personas dependientes, debiendo renunciar a trabajar fuera de casa en muchos casos, o realizando la llamada doble jornada en otros. Son también las mujeres quienes se dedican en su mayoría a atender a los dependientes de forma profesional; en este caso, las políticas llevadas a cabo desde las instituciones han convertido este empleo en un trabajo precario, realizado muchas veces sin contrato y con salarios muy bajos. Por ello, los recortes en dependencia afectan, además de a las personas dependientes, una vez más y de forma más directa, a las mujeres, que pierden cualquier derecho a ejercer su legítimo derecho a la conciliación de la vida personal, familiar y profesional al tener que asumir servicios que desde las instituciones, deliberadamente, dejan de cubrir como consecuencia de los recortes. 

La necesidad de trabajar a tiempo parcial, los pocos ingresos percibidos y las obligaciones familiares que las mujeres asumen, todavía muy por encima de los hombres, hacen que no dispongan de medios económicos para hacer frente al pago de hipotecas o de alquileres. Ello desemboca en que las mujeres son un colectivo duramente castigado por la política criminal e inmoral de desahucios llevada a cabo por los bancos, promotoras y constructoras, en connivencia con los gobiernos estatal y autonómico de derechas. 

En el mismo sentido, reina una profunda desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito de la cultura. Desde hace tiempo venimos observando como el número de mujeres crece en el ámbito universitario, superando a los hombres en la mayoría de carreras superiores. No obstante, estas mujeres no obtienen puestos de responsabilidad. Nos encontramos así con una cultura, arte y ciencia creadas y dominadas por hombres que justifican y perpetúan la desigualdad. 

Al calor de la crisis disminuye también el número de denuncias por malos tratos aunque aumente el maltrato, todo ello motivado en gran medida por la falta de independencia económica de muchas mujeres que se ven abocadas a convivir con su agresor. 

El ataque sin precedentes al Estado de Bienestar supone una agresión directa a las políticas de igualdad, siendo las mujeres las más sensibles y castigadas por los recortes de los servicios públicos. 

Por todo ello, el Ayuntamiento de Pamplona acuerda: 

.- Denunciar el enorme retroceso que provocan las nuevas medidas legislativas aprobadas y/o anunciadas por el Gobierno estatal que atentan contra la igualdad y contra los derechos y libertades de las mujeres. 

.- Instar a todas las Instituciones autonómicas y gubernamentales a respetar y proteger los principios de igualdad de género y a impulsar y fomentar medidas para la eliminación efectiva de la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos laborales y sociales. 

.- Impulsar actuaciones políticas municipales que busquen garantizar la igualdad entre mujeres y hombres y minimicen las actuales desigualdades que existen en nuestra sociedad .

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