Un saludo a los familiares y allegados a Ángel presentes en este Pleno. El 17 de febrero de 2012 el Pleno Municipal debatió una moción sobre el asesinato de Ángel Berrueta. En aquél momento la propuesta era de contenido distinto al actual, puesto que se solicitaba una declaración de verdad y reconocimiento para Ángel, además de la placa que hoy también se nos propone. Paradójicamente no se condenaba su asesinato, algo que a mi Grupo le parecía necesario y lógico, no tanto por nuestro Partido, que en su día ya condenó dicho asesinato, sino porque ciertamente este Pleno, a pesar de que en su día guardó un minuto de silencio en memoria de Ángel, no había condenado expresamente su asesinato. Así, presentamos una enmienda que fue aprobada, condenando su muerte. Igualmente en ese Pleno, explicábamos cómo el estado de derecho había actuado y sentenciado a Valeriano de la Peña y a su hijo Miguel José a 20 y 15 años de cárcel, respectivamente por haber cometido dicha acción criminal. Y lo decíamos en el sentido de que, al margen de la consideración que cada cual tenga sobre la actuación judicial, la figura de Ángel había tenido el amparo y la reparación que ofrece el estado de derecho. Además, su punto segundo proponía, al igual que la moción de hoy, la colocación de una placa de recuerdo en la calle en que fue asesinado. En este sentido ya dijimos, y hoy reiteramos, nuestro criterio de no promover la colocación de placas u otros motivos conmemorativos que solicitan familiares y allegados a distintas clases de víctimas.
Por tanto, la moción de hoy es distinta en su punto primero en lo que hace al reconocimiento al estado de derecho, porque se ampara en las distintas sentencias judiciales para reconocer la motivación ideológica del asesinato de Ángel Berrueta. Pero eso es algo que ya dijimos claramente en el Pleno de hace dos años. No en balde Ángel pertenecía al colectivo de familiares de presos relacionados con la kale borroka Gurasoak y había tenido varias discusiones políticas anteriormente con uno de sus asesinos, Valeriano de la Peña que, además, era policía nacional. Y el crimen se produjo tras una discusión de Ángel con la esposa de Valeriano, al negarse Ángel a colocar un letrero contra ETA en su panadería dos días después de los atentados del 11 M. Imposible, por tanto, negar un componente político en su muerte. Por eso, literalmente, dijimos ya entonces: “es innegable que el asesinato, tal y como reconocen las sucesivas sentencias del caso, tuvo un componente ideológico”. Y precisamente por eso debatimos políticamente y reparamos la falta de condena de su asesinato que en su día se produjo y que, en opinión de mi Grupo, fue lo sustancial en ese Pleno de hace dos años. Por tanto, no compartimos que ahora debamos entrar de nuevo en la condena del tema que plantea la moción. Las condenas, o se producen en su momento, o se reparan haciéndolo posteriormente, como ocurrió con el asesinato de Ángel. Por supuesto que guardamos su memoria y que nuestra condena es firme y permanente a través del tiempo.
Intervención de Eduardo Vall en el Pleno del 6 de marzo de 2014
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