UPN nos vuelve a presentar el expediente anual de las cuentas municipales. En este caso el de las cuentas 2013. Hasta ahí, y con las deficiencias formales tradicionales en lo que hace a los plazos de presentación de las mismas, todo normal.
Pero más allá del análisis y lectura técnica de un expediente que, lógicamente, se ajusta a la legalidad, referiremos muy brevemente el contexto político de unas cuentas sujetas a la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, con sello “made in PP” y que UPN -recordemos- apoyó alborozadamente, y la soledad política también en materia presupuestaria del Sr. Maya y su grupo político, incapaces de generar consensos y mayorías que hubieran permitido a nuestra ciudad afrontar proyectos positivos y no incrementar este triste constreñimiento presupuestario que se refleja en esta y en anteriores cuentas anuales. Contrasta esta realidad con las sorprendentes declaraciones públicas que nos propina de vez en cuando el Sr. Maya, en donde reina la autocomplacencia propia de quien se diría no ya alcalde de Pamplona si no de la arcadia feliz.
Atendiendo al expediente nos preocupa el aumento de los gastos de funcionamiento y de la carga financiera, la disminución del ahorro, tanto el bruto como el neto, así como la también disminución del límite de endeudamiento y otros aspectos preocupantes que, junto con la famosa deuda heredada, hacen que no ya el presente, si no especialmente el futuro de nuestra ciudad, no sea precisamente del color de rosa que acostumbra a pintar UPN.
Junto a ello no puedo dejar de constatar cómo proyectos e inversiones que la Sra. Elizalde se ha atribuido como propias lo han sido a iniciativa socialista y otras fruto del consenso y del acuerdo con la oposición.
En fin. Nuestro Grupo, como es preceptivo, se da por enterado de este expediente -que es para lo que se trae a Pleno- y toma nota del mismo.
Intervención de Eduardo Vall en el Pleno del 2 de octubre de 2010
El debate en el Pleno
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