El Grupo Municipal Socialista hace una buena valoración del acuerdo alcanzado entre los sindicatos policiales y los responsables municipales, que ha propiciado este Reglamento de Organización de la Policía Municipal de Pamplona que hoy se nos trae a Pleno para su aprobación inicial.
Independientemente de algunos aspectos concretos que entendemos mejorables, y que finalmente hemos desistido de intentar introducir vía enmienda, por respetar lo acordado entre las partes, el hecho de que se haya alcanzado este acuerdo culmina una permanente reivindicación de nuestro Grupo, tantas veces expresada en este mismo salón de plenos, en forma de llamamiento al equipo de gobierno de UPN para que pusiera los medios y la actitud necesaria que propiciara su aprobación. Por eso, y de igual forma que nunca hemos reparado en críticas a UPN en materia policial cuando hemos entendido que eran acreedores de ello, tampoco ahora nos duelen prendas en felicitar a la concejala responsable de Seguridad Ciudadana por la parte que le toca en el acuerdo alcanzado.
Efectivamente, la necesidad de que este Reglamento se aprobara y de que se hiciera fruto del acuerdo con los representantes sindicales, era algo deseable y razonable. Toda reglamentación ayuda a evitar arbitrariedades, y a que quienes a ella se acogen, sepan con claridad cuáles son las reglas de juego a que atenerse. Por eso, y ya únicamente por lo que supone de clarificación en algunos criterios internos de funcionamiento y porque asegura una menor discrecionalidad formal por parte de quienes ejercen la responsabilidad final en Policía Municipal (con lo que ello implica de mayor seguridad y estabilidad laboral para la plantilla) el texto merece ser aprobado. Sin que ello suponga, por cierto, merma del siempre necesario margen de discrecionalidad que mi Grupo reconoce a quienes ejercen el poder. Lo cierto es, que lo que ayuda en el ámbito interno, luego se proyecta en un mejor funcionamiento externo, que es nuestra principal preocupación.
No entraré en un análisis pormenorizado del texto de referencia. Ciertamente, además de algunos detalles menores a los que he hecho referencia, hay algunos aspectos importantes como, por ejemplo, la formación, que deberán ser más ampliamente desarrollados y concretados que lo que recoge el Reglamento que se nos trae a Pleno pero, insisto, en líneas generales, creemos acertados y necesarios los términos del mismo. Ahorraré aquí tiempo y argumentos explicando nuestras enmiendas y propuestas traídas a Comisión y a Pleno tanto en los debates sobre plantilla orgánica como en todos los restantes referidos a Policía Municipal, que hay ayudado a que esta firma sea posible. Hágase un sencillo ejercicio de memoria y podrá comprobarse hasta qué punto mi Grupo ha venido haciendo hincapié en reivindicar y propiciar aspectos fundamentales que ahora se regulan en este Reglamento. No en vano, la necesidad de impulsar y lograr su aprobación, era uno de los dieciséis puntos acordados por mi Partido con UPN en materia policial. Y es más; aunque tangencialmente, también este Reglamento afecta a algún otro de los puntos del mencionado acuerdo.
Por eso no quiero cerrar esta intervención sin dos reflexiones. Una primera, inexcusable: no voy a entrar en polémicas sobre responsabilidades de porqué y cómo se llegó al punto de enfrentamiento que hace un año colocó, lamentablemente, a nuestra Policía Municipal en el centro del debate y del enfrentamiento político en este salón de Plenos. Ello no conduciría a nada. Lo que sí puedo constatar es que el acuerdo que el Partido Socialista alcanzó con UPN en Pamplona en materia policial, está dando sus frutos y ayudando a serenar y mejorar el clima interno y a alejar de la polémica política a nuestra Policía Municipal. A no mucho tardar, mi Grupo hará un análisis público del seguimiento de lo acordado al respecto con UPN. Pero, al margen de ese análisis concreto y punto a punto que en su día realizaremos, y aun siendo conscientes de que el modelo policial de UPN siempre será distinto al que nosotros desarrollaríamos, lo cierto es que, en nuestra opinión, las cosas están mejorando en nuestra Policía.
Segunda reflexión. Últimamente venimos escuchando comentarios y críticas políticas hacia el incremento presupuestario y de plantilla propiciado por nuestro Grupo Municipal en materia policial. Y, lo que es más desconcertante, estas críticas se hacen intentando contraponer todo lo referente a Seguridad Ciudadana con otros aspectos básicos de las políticas municipales. Pues bien, al respecto he de decir lo siguiente: En primer lugar, no hay una sola política social o de solidaridad que haya sido discriminada por el hecho de mejorar las prestaciones en materia de Seguridad Ciudadana. Por el contrario, mi Grupo, con su actuación en el debate presupuestario pasado, no sólo ha asegurado la no disminución de las partidas e inversiones en política social, sino que las ha aumentado de manera significativa. Y, en segundo lugar, cualquiera que tenga un mínimo conocimiento político, sabe que la inversión para mantener y mejorar los servicios de Seguridad Ciudadana por parte de las administraciones públicas, es una seña de identidad irrenunciable de la izquierda. Únicamente quienes quieren hacer de la seguridad un negocio privado o quienes piensan que la seguridad debe ser únicamente para los que pueden costeársela particularmente, están en contra del mantenimiento y mejora de nuestros cuerpos públicos policiales. Bueno, esos y los que no tienen por costumbre cumplir y respetar la ley. Pero ese es ya otro debate.
Efectivamente, la necesidad de que este Reglamento se aprobara y de que se hiciera fruto del acuerdo con los representantes sindicales, era algo deseable y razonable. Toda reglamentación ayuda a evitar arbitrariedades, y a que quienes a ella se acogen, sepan con claridad cuáles son las reglas de juego a que atenerse. Por eso, y ya únicamente por lo que supone de clarificación en algunos criterios internos de funcionamiento y porque asegura una menor discrecionalidad formal por parte de quienes ejercen la responsabilidad final en Policía Municipal (con lo que ello implica de mayor seguridad y estabilidad laboral para la plantilla) el texto merece ser aprobado. Sin que ello suponga, por cierto, merma del siempre necesario margen de discrecionalidad que mi Grupo reconoce a quienes ejercen el poder. Lo cierto es, que lo que ayuda en el ámbito interno, luego se proyecta en un mejor funcionamiento externo, que es nuestra principal preocupación.
No entraré en un análisis pormenorizado del texto de referencia. Ciertamente, además de algunos detalles menores a los que he hecho referencia, hay algunos aspectos importantes como, por ejemplo, la formación, que deberán ser más ampliamente desarrollados y concretados que lo que recoge el Reglamento que se nos trae a Pleno pero, insisto, en líneas generales, creemos acertados y necesarios los términos del mismo. Ahorraré aquí tiempo y argumentos explicando nuestras enmiendas y propuestas traídas a Comisión y a Pleno tanto en los debates sobre plantilla orgánica como en todos los restantes referidos a Policía Municipal, que hay ayudado a que esta firma sea posible. Hágase un sencillo ejercicio de memoria y podrá comprobarse hasta qué punto mi Grupo ha venido haciendo hincapié en reivindicar y propiciar aspectos fundamentales que ahora se regulan en este Reglamento. No en vano, la necesidad de impulsar y lograr su aprobación, era uno de los dieciséis puntos acordados por mi Partido con UPN en materia policial. Y es más; aunque tangencialmente, también este Reglamento afecta a algún otro de los puntos del mencionado acuerdo.
Por eso no quiero cerrar esta intervención sin dos reflexiones. Una primera, inexcusable: no voy a entrar en polémicas sobre responsabilidades de porqué y cómo se llegó al punto de enfrentamiento que hace un año colocó, lamentablemente, a nuestra Policía Municipal en el centro del debate y del enfrentamiento político en este salón de Plenos. Ello no conduciría a nada. Lo que sí puedo constatar es que el acuerdo que el Partido Socialista alcanzó con UPN en Pamplona en materia policial, está dando sus frutos y ayudando a serenar y mejorar el clima interno y a alejar de la polémica política a nuestra Policía Municipal. A no mucho tardar, mi Grupo hará un análisis público del seguimiento de lo acordado al respecto con UPN. Pero, al margen de ese análisis concreto y punto a punto que en su día realizaremos, y aun siendo conscientes de que el modelo policial de UPN siempre será distinto al que nosotros desarrollaríamos, lo cierto es que, en nuestra opinión, las cosas están mejorando en nuestra Policía.
Segunda reflexión. Últimamente venimos escuchando comentarios y críticas políticas hacia el incremento presupuestario y de plantilla propiciado por nuestro Grupo Municipal en materia policial. Y, lo que es más desconcertante, estas críticas se hacen intentando contraponer todo lo referente a Seguridad Ciudadana con otros aspectos básicos de las políticas municipales. Pues bien, al respecto he de decir lo siguiente: En primer lugar, no hay una sola política social o de solidaridad que haya sido discriminada por el hecho de mejorar las prestaciones en materia de Seguridad Ciudadana. Por el contrario, mi Grupo, con su actuación en el debate presupuestario pasado, no sólo ha asegurado la no disminución de las partidas e inversiones en política social, sino que las ha aumentado de manera significativa. Y, en segundo lugar, cualquiera que tenga un mínimo conocimiento político, sabe que la inversión para mantener y mejorar los servicios de Seguridad Ciudadana por parte de las administraciones públicas, es una seña de identidad irrenunciable de la izquierda. Únicamente quienes quieren hacer de la seguridad un negocio privado o quienes piensan que la seguridad debe ser únicamente para los que pueden costeársela particularmente, están en contra del mantenimiento y mejora de nuestros cuerpos públicos policiales. Bueno, esos y los que no tienen por costumbre cumplir y respetar la ley. Pero ese es ya otro debate.
Así que, por todo lo dicho, mi Grupo votará de forma favorable a este Reglamento de Organización de la Policía Municipal.
Intervención de Eduardo Vall en el Pleno del 6 de mayo de 2010
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